Es por todos conocido que la actividad humana ha llevado a la transformación de su ambiente, de tal manera que la deforestación en el trópico, por mencionar un ejemplo, aporta aproximadamente 1.400 millones de toneladas de carbono por año, equivalente al 20% de las emisiones globales de carbono.
En un comparativo, se puede observar que el “El 75% de las emisiones de gases del efecto invernadero que se han acumulado en la atmósfera en los últimos 50 años se han generado en países industrializados, donde se encuentra el 20 % de la población mundial. El 25% de las emisiones se ha generado en países en desarrollo, con el 80% de la población mundial.”(Centeno, 2008)
Por lo que el hecho de que los países industrializados castiguen con ciertas medidas disciplinarias a los países subdesarrollados, es un mecanismo de control en todos los aspectos, económicos, políticos y jurídicos.
Uno de los compromisos derivados del Protocolo de Kioto, fue el de fomentar Mecanismos de Desarrollo Limpio, que otorga la opción de canalizar asistencia de los países industrializados a las naciones del tercer mundo, para de esta manera, facilitarles un desarrollo menos contaminante incluso proteger bosques amenazados, con el fin de evitar la emisión del carbono que contienen y establecer nuevos bosques como vertederos de carbono.
El Mecanismo de Desarrollo Limpio tiene como objetivo mitigar el cambio climático y contribuir al desarrollo limpio.
El cambio climático también conocido como Calentamiento Global, puede entenderse en dos sentidos:
a) como el fenómeno observado en las medidas de la temperatura que muestra en promedio un aumento de la temperatura y de la atmósfera terrestre y de los océanos en las últimas décadas.
b) Es una teoría que predice, a partir de proyecciones basadas en simulaciones computacionales, un crecimiento futuro de las temperaturas.
El cambio climático no debe entenderse como una amenaza sino como una realidad presente y en la que hay que tomar serias medidas pues los efectos se están observando en diversos lugares. Muchas de las teorías del calentamiento global han generado fuertes controversias, sobre todo por las repercusiones económicas. El debate social y político ha llevado a científicos a exigir una acción internacional para aminorar los efectos.
En este sentido, sobrepasando el ámbito científico y llegado al debate público. “Al Gore, autor de Heart in the Balance (La tierra en juego], y el documental, Una verdad Incómoda recibió el Premio Nóbel de la Paz, en 2007, junto al Grupo Intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC) de la UNU, ‘por sus esfuerzos para construir y diseminar un mayor conocimiento sobre el cambio climático causado por el hombre y poner las bases para la toma de las medidas que sean necesarias para contrarrestar ese cambio’.”( Wikipedia, 2008)
Los economistas también han alertado de los efectos desastrosos que tendrá el cambio climático sobre la economía mundial. Con reducciones de hasta un 20% en el crecimiento, cuando las medidas para evitarlo no sobrepasarían el 1%. Los daños económicos predichos provendrían principalmente del efecto de catástrofes naturales como los que en los medios de comunicación se han visto en últimas fechas en todo el mundo.
Ejemplo de ello es que la capa de hielo del océano Ártico registra una reducción a casi la mitad desde 1950. Los glaciares retroceden en Los Andes suramericanos, al igual que en el Himalaya asiático o en los Alpes europeos. Desde 1912 se ha perdido el 75% de la capa de hielo del Kilimanjaro en África (ENS Sept. 15, 00). El efecto invernadero ha sido reconocido por la mayor parte de las principales empresas petroleras del mundo.
Por tanto, la discusión científica sigue, pero es importante aclarar que calentamiento global y efecto invernadero no son sinónimos. El calentamiento depende de las emisiones de CO2 a la atmósfera, pero que hay una cantidad importante de vapor de agua (humedad, nubes) en la atmósfera terrestre, y el agua es un gas de efecto invernadero. Si la adición de CO2 a la atmósfera aumenta levemente la temperatura, se espera que más vapor de agua se evapore desde la superficie de los océanos. Y el ciclo se repite, denominándose este proceso como el de retroalimentación del vapor de agua. (water vapor feedback, en inglés). Es esta retroalimentación la causante de la mayor parte del calentamiento que los modelos de la atmósfera predicen que ocurrirá durante las próximas décadas. La cantidad de vapor de agua así como su distribución vertical son claves en el cálculo de esta retroalimentación. Los procesos que controlan la cantidad de vapor en la atmósfera son complejos de modelar y aquí radica gran parte de la incertidumbre sobre el calentamiento global.
Entre tanto, en las negociaciones y concertaciones muchos de los países industrializados, por ejemplo, EEUU, propone que el carbono extraído de la atmósfera a través de actividades agrícolas o forestales tenga el mismo valor, y cuente tanto, como el carbono que se deja de emitir a través de la reducción de emisiones de la actividad industrial. El grupo denominado “paraguas”, en le que se encuentran países como Canadá, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Rusia entre otros comparten esta opinión.
Las medidas adoptadas son entonces reducir las emisiones de CO2 y establecer mecanismos de negociación a través de los bonos de carbono.
LOS BONOS DE CARBONO
Son un conjunto de instrumentos que pueden generarse por diversas actividades de reducción de emisiones, por lo que se puede decir que hay una variedad o “tipos de bonos” de carbono, dependiendo la forma como fueron generados:
• Certificados de Reducción de Emisiones (CERs)
• Montos Asignados Anualmente (AAUs)
• Unidades de Reducción de Emisiones (ERUs)
• Unidades de Remoción de Emisiones (RMUs)
Certificados de Reducción de Emisiones (CER)
Los países que inviertan en proyectos bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio, pueden obtener Certificados de Reducción de Emisiones por un monto equivalente a la cantidad de bióxido de carbono equivalente que se dejó de emitir a la atmósfera como resultado del proyecto. Para ello, el proyecto debió cumplir con los requisitos establecidos por el Consejo Ejecutivo.
Montos Asignados Anualmente (AAUs)
Corresponde al monto total de emisiones de gases de efecto invernadero que a un país se le permite emitir a la atmósfera durante el primer período de compromiso (2008-2012) del Protocolo de Kioto. Cada país divide y asigna su respectivo monto a empresas localizadas en su territorio a manera de límite de emisión por empresa.
Unidades de Reducción de Emisiones (ERUs)
Corresponde a un monto específico de emisiones de gases de efecto invernadero que dejaron de ser emitidas por la ejecución de un proyecto de implementación conjunta.
Unidad de Remoción de Emisiones (RMUs)
Corresponden a créditos obtenidos por un país durante la captura de carbono. Y sólo pueden ser usadas por los países dentro del periodo del compromiso durante el cual fueron generadas y son parte del compromiso de reducir emisiones. Estos créditos no pueden ser considerados en periodos de compromisos posteriores.
La transacción de bonos pueden ser considerados desde una simple compra-venta de una cantidad específica de bonos, hasta una gran estructura de compra-venta con diversas opciones.
En el mercado internacional se han dado diferentes opciones:
Compras SPOT
El precio del bono y la cantidad de bonos se acuerdan en la fecha de acuerdo de compra-venta, pero la entrega y el pago de bonos se realizan en una fecha posterior, pero cercana. Este método se emplea sobre todo para asegurar un precio conveniente para ambas partes y para reducir el riesgo de que el bono no se venda a futuro.
Contratos de entrega futura
La compra- venta se acuerda con una cantidad específica de bonos al precio del mercado actual, pero el pago y la entrega se realizarán en fechas futuras, generalmente de acuerdo a un cierto calendario de fecha de entregas. Con ciertas opciones:
a) las parte compran o venden la opción (el derecho a decidir) sobre su la venta se realizará o no en una fecha y aun precio pactados. De esta manera el comprador tiene el derecho a comprar la cantidad ofrecida por el vendedor, pero no tiene la obligación de comprarlos una vez llegada la fecha acordada. Como la fecha, cantidad y entrega de bonos se acuerda el día de la elaboración del contrato, también allí se marca una fecha límite para que el comprador mantenga su derecho de compra.
En este caso, el vendedor está a la expectativa y depende de la decisión del comprador, pero si la compra-venta se realiza, el comprador pagará una cantidad adicional denominada Premium.
En este caso la negociación se rige por medio de un contrato entre el comprador y vendedor, dado que no hay una valor “oficial”, es decir no hay un marco regulador establecido por ninguna institución u organismo internacional, de tal manera que hay una ausencia de mecanismo de derecho mercantil, como una especie de código de conducta propio de la buena fe que debe presidir la realización de los negocios. No hay un valor “oficial”, sobre el precio de una tonelada de Co2 reducida o no emitida.
Para asegurar el mercado, algunas agencias multilaterales han establecido precios para los proyectos de reducción de emisiones financiados por ellas mismas, un ejemplo de ello es Banco Mundial que en el 2005, empleaba un precio de $5 dólares por tonelada de CO2 equivalente no emitida. El precio por lo regular está sujeto a oferta y demanda de bonos de carbono en el mercado.