¡Abre la ventana...mira!
al sol que se levanta sobre el mar
a lo lejos...el horizonte.
cuando llegue la noche
mìralo todavía.
El mar fue sobre la caricia de la luna
el cielo puro, miles de estrellas de oro.
A cualquier hora tú puedes venir a la ventana
Emplea tus ojos a toda la dimensión.
Tú ves el día, el horizonte fiel
y las estrellas,la noche vibrando de claridad.
La llegada de una traviesa bruma
vuela a tus ojos la línea ilimitada
Sí, la tormenta llena sobre la bóveda celeste
con la lenta capa gris de su oscuridad.
Tú sabes que detrás de la bruma y las nubes
las estrellas están presentes y fieles
siempre estables.
Es así como está el Ser,
fiel a la tarea que nos lega cada día
a todo lo que se vive,
disponibles de humor igual, prestos a servir.
No rechaces a tus amigos,
no critiques a quien ayer te ha amado.
Hoy como ayer, necesitan de tí,
de tu sonrisa, de tu felicidad,
de ese rico aliento y de tu entuasiasmo
que transforma en claridad lo gris de sus dìas.
No seas ligero,
no cambies como el pájaro de hierro
que cambia a todos los vientos.
Si algo pasa...
Si el dolor como un velo oscurece tu cielo
si tu corazón sangra
no ceses de amar,
Retoñaran otros días felices
y otras inquietudes
Los nubarrones pasarán
El sol vendrá a brillar en tus ojos
y un canto nuevo alegremente entonarás
Sobre la tormenta de plomo
y el amargo dolor
como el vasto horizonte
como la estrella de oro
tus amigos... ¡esperan fieles a tu corazón!
(Pour Madame Mazzoni,poetique)