XALAPA

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PARQUE MACUILTÉPETL

lunes, 3 de agosto de 2009

¿XALAPA SUSTENTABLE?

La educación
para el desarrollo sostenible
es asunto de todos

El desarrollo sostenible implica una visión diferente
del mundo

"El desarrollo sostenible, concepto en constante evolución, es por
tanto la voluntad de mejorar la calidad de vida de todos, incluida la
de las futuras generaciones, mediante la conciliación del crecimiento
económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente.
Como bien ilustran los ejemplos anteriores, la mejora de la calidad
de vida se concreta de forma diferente de un continente a otro, de
una nación a otra, y de un país a otro. Sin embargo, ningún continente,
gobierno, institución o persona pueden por sí solos alcanzar este
objetivo, por cuanto la índole de las dificultades que han de superarse
requiere a la vez un compromiso internacional, colectivo e individual".

La sustentabilidad no puede darse sin antes alcanzar los principios de justicia social, democracia y desarrollo, sobre todo incluir la participación de la mujer.
Los valores sociales y estereotipos culturales guían las prácticas de consumo de los recursos naturales y /o procesados que devienen de los mismos, por ello, es menester la orientación y la información necesaria para avanzar en el diseño de políticas que permitan acceder a una mejor calidad de vida de las mujeres y de sus familias, la perspectiva de género como política pública, por un lado como enfoque y por otro como metodología que permita incidir en el diseño y ejecución de proyectos detonadores de la economía y mercado para el desarrollo.

Las mujeres no son reconocidas como productoras y su acceso a programas y recursos públicos es limitado. La migración y otros fenómenos han acelerado la incorporación de las mujeres a la producción y otros servicios. Ellas hacen uso continuo de los recursos en las diversas actividades cotidianas. El papel de la mujer en los cambios ambientales esta subvalorado; el cambio climático, entre otros fenómenos, tiene impactos diferenciados de género así como su prevención, atención y riesgo. Es por ello que en esta ocasión se considera necesario tomar como elemento primordial el enfoque de género, para de esta manera, incidir en una transformación no solo de índole emergente, sino de asegurar la educación y/o la transferencia de los usos y costumbres con el cuidado del ambiente a través de un consumo responsable.

Usa tu poder de compra
en forma consciente y reflexiva

¡ESO ES EL CONSUMO RESPONSABLE!!



1. Compremos con inteligencia: los consumidores tenemos el poder de decidir qué y a quién compramos. Así podemos premiar o castigar a las empresas según su comportamiento. Elige pensando en tu salud y en el ambiente.

2. Conozcamos nuestros derechos y obligaciones: los consumidores tenemos leyes que nos protegen, pero también obligaciones que cumplir para vivir en una sociedad donde prime el respeto por la vida y el ambiente.

3. Compremos productos de nuestra localidad: si compramos productos locales ayudamos a dinamizar la economía de nuestra comunidad y a crear empleo; además, consumiremos productos más frescos, económicos y menos procesados.

4. Reduzcamos el uso de envases: Rechacemos productos con envases o envolturas innecesarios. Rechacemos las bolsas de plástico, usemos cajas de cartón, bolsas de papel, de tela o fibras naturales. A más envases, más contaminación.

5. Separemos nuestros residuos sólidos: Separar los residuos debe ser una práctica diaria en la casa: vidrios, papeles, plásticos, latas y residuos de comida. Los residuos orgánicos deben reintegrarse a la naturaleza; los inorgánicos pueden reciclarse, reusarse o reducirse. Existen organizaciones o personas que nos ayudan a disminuir estos desechos, pues en el siglo XXI la “basura” es un negocio rentable.

6. Evitemos el uso de sustancias tóxicas en casa: Prefiramos los productos naturales; con ellos se puede sustituir el uso de una serie de productos, tales como insecticidas, medicamentos, y productos de limpieza y aseo, que generalmente se echan en el desagüe y contaminan las aguas. El bicarbonato, agua, jabón y vinagre son buenos sustitutos para la limpieza. Busquemos más información en las Asociaciones de Consumidores y Ambientalistas.

7. Ahorremos energía: la energía se produce en gran parte con la combustión del petróleo y genera una gran contaminación. Debemos reducir el consumo de energía, usando focos ahorradores, artefactos eléctricos de bajo consumo de energía y pilas recargables. Apaguemos la luz y los electrodomésticos cuando no los usemos. ¡Así también ahorraremos dinero!

8. Reduzcamos el uso del agua: el agua es cada día más escasa en el mundo por eso debemos cuidarla y darle un uso muy responsable. Debemos cerrar el caño al jabonarnos, afeitarnos o cepillarnos los dientes. Revisemos las conexiones para evitar fugas. Regulemos la boya del inodoro y cambiemos el tapón de la descarga con frecuencia para evitar pérdidas.

9. Adquiramos productos de las empresas responsables: que nuestra decisión de compra premie a las empresas que respetan a sus trabajadores, a sus clientes y cuidan el ambiente cumpliendo las leyes y normas. Es una buena forma de alentar aquellas que no lo hacen todavía.

10. Adoptemos un estilo de vida responsable con el ambiente y la gente: un consumidor responsable es un ciudadano informado y activo, capaz de optar por lo menos dañino para la salud y el ambiente. Es un ciudadano cuya forma de consumir es un ejemplo para otros, especialmente los niños y las niñas. Está convencido que su poder de compra puede ser una herramienta eficaz para cambiar la situación de inequidad social y destrucción de los recursos naturales. (Proyecto Ciudadanía Ambiental Global)